Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti
Rey celestial, Consolador, Espíritu de verdad, que estás en todo lugar, llenándolo todo, Tesoro de bienes y Dador de vida, ven a habitar en nosotros, purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas.
Santo Dios ☦️, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros (tres veces)
Gloria al Padre ☦️ al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad ☦️, ten piedad de nosotros. Señor purifícanos de nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras dolencias, por tu nombre.
Señor, ten piedad. (tres veces)
Gloria al Padre ☦️ y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro sustancial de cada día, dánoslo hoy, y perdóna nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y nos dejes caer en la tentación, más líbranos del maligno.
Amén.
Señor, ten piedad. (doce veces)
Gloria al Padre ☦️ al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Venid ☦️, adoremos y postrémonos ante Dios nuestro Rey.
Venid ☦️, adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.
Venid ☦️, adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.
Salmo 83
¡Cuán amables son tus moradas, oh SEÑOR de los ejércitos! Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus pollos en tus altares, oh SEÑOR de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. Dichosos los que habitan en tu Casa; perpetuamente te alabarán. Dichoso el hombre que tiene su fortaleza en ti; en cuyo corazón están tus caminos. Cuando pasaren por el valle de Abaca lo tornarán en fuente, la lluvia también llenará las cisternas. Irán en gran multitud y en orden, verán a Dios en Sion. SEÑOR Dios de los ejércitos, oye mi oración; escucha, oh Dios de Jacob. Mira, oh Dios, escudo nuestro, y pon los ojos en el rostro de tu Ungido. Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos; escogí antes estar a la puerta en la Casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad. Porque sol y escudo nos es el SEÑOR Dios; gracia y gloria dará el SEÑOR; no quitará el bien a los que andan en integridad. SEÑOR de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti.
Salmo 84
Fuiste propicio a tu tierra, oh SEÑOR; volviste la cautividad de Jacob. Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; cubriste todos los pecados de ellos. Quitaste toda tu saña; te volviste de la ira de tu furor. Vuélvenos, oh Dios, salud nuestra, y haz cesar tu ira de sobre nosotros. ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación? ¿No volverás tú a darnos vida, y tu pueblo se alegrará en ti? Muéstranos, oh SEÑOR, tu misericordia, y danos tu salud. Escucharé lo que hablará Dios el SEÑOR; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se conviertan otra vez a la locura. Ciertamente cercana está su salud a los que le temen; para que habite la gloria en nuestra tierra. La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. La verdad reverdecerá de la tierra; y la justicia mirará desde los cielos. El SEÑOR dará también el bien; y nuestra tierra dará su fruto. La justicia irá delante de él; y pondrá sus pasos en camino.
Gloria al Padre ☦️ y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya. Gloria a ti, oh Dios. (tres veces)
Señor, ten piedad. (tres veces)
Tú que en todo tiempo y a toda hora, tanto en el cielo como en la tierra, eres adorado y glorificado, Cristo Dios, paciente, grande en misericordia y ternura, que amas al justo y tienes piedad del pecador, que a todos los hombres llamas a la salvación, por la promesa de bienes venideros, tú mismo, Señor, recibe también nuestras súplicas en esta hora; dirige nuestra vida en tus mandamientos, santifica nuestras almas, limpia nuestros cuerpos, dirige nuestros pensamientos, limpia nuestra mente, líbranos de toda tribulación, iniquidad y aflicción, y rodéanos de tus ángeles santos, para que guardados y guiados por sus huestes, seamos dignos de la unidad de la fe, y del entendimiento de tu inaccesible gloria. Porque bendito eres por los siglos de los siglos. Amén.
Señor, ten piedad. (tres veces)
Más honorable que los Querubines, e incomparablemente más gloriosa que los Serafines, tú que sin mancha has engendrado a Dios el Verbo, verdadera Teotókos, te magnificamos.
Oración de San Basilo
Soberano Señor Jesus Cristo, Dios nuestro, que tienes paciencia con nuestras faltas y que nos guardaste hasta la hora presente, en la que pendiente del Vivificante Madero hiciste accesible al buen ladrón la entrada en el paraíso, y destruiste la muerte con la muerte; perdónanos a nosotros tus siervos, pecadores e indignos, pues hemos pecado y hemos cometido iniquidad, y no somos dignos a alzar nuestros ojos y mirar hacia la altura del cielo; porque hemos abandonado el camino de Tu justicia, y hemos marchado según los deseos de nuestros corazones; pero suplicamos a Tu incomprensible bondad: ten clemencia, Señor según la multitud de Tu misericordia, y sálvanos por Tu santo Nombre, pues nuestros días se han eclipsado en la vanidad. Líbranos de la mano del adversario, absuelve nuestros pecados, y destruye nuestras pasiones carnales, a fin de que, despojados del hombre viejo, nos revistamos del nuevo, y vivamos para Ti, oh Señor y Bienhechor, y siguiendo así tus preceptos, lleguemos al eterno descanso en donde moran los bienaventurados, porque Tú eres realmente el verdadero gozo, y el regocijo de los que Te aman, oh Cristo Dios nuestro. Y Te glorificamos con Tu Padre Eterno y Tu santísimo bueno y Vivificador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.