Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti
Rey celestial, Consolador, Espíritu de verdad, que estás en todo lugar, llenándolo todo, Tesoro de bienes y Dador de vida, ven a habitar en nosotros, purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas.
Santo Dios ☦️, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros (tres veces)
Gloria al Padre ☦️ al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad ☦️, ten piedad de nosotros. Señor purifícanos de nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras dolencias, por tu nombre.
Señor, ten piedad. (tres veces)
Gloria al Padre ☦️ y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro sustancial de cada día, dánoslo hoy, y perdóna nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y nos dejes caer en la tentación, más líbranos del maligno.
Amén.
Venid ☦️, adoremos y postrémonos ante Dios nuestro Rey.
Venid ☦️, adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.
Venid ☦️, adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.
Venid ☦️, adoremos y postrémonos ante Él.
Salmo 103
Bendice, alma mía, al SEÑOR. SEÑOR, Dios mío, mucho te has engrandecido; de gloria y de hermosura te has vestido. El que se cubre de luz como de vestidura, que extiende los cielos como una cortina; que establece sus aposentos entre las aguas; el que pone las nubes por su carroza, el que anda sobre las alas del viento; el que hace a sus ángeles espíritus, sus ministros fuego flameante. El fundó la tierra sobre sus basas; no se moverá por ningún siglo. Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas. A tu reprensión huyeron; por el sonido de tu trueno se apresuraron; salieron los montes, descendieron por los valles a este lugar que tú les fundaste. Les pusiste término, el cual no traspasarán; ni volverán a cubrir la tierra. Tú eres el que envías las fuentes por los arroyos; van entre los montes. Abrevan a todas las bestias del campo; quebrantan su sed los asnos salvajes. Junto a aquellos habitan las aves de los cielos; entre las hojas dan voces. El que riega los montes desde sus aposentos; del fruto de sus obras se sacia la tierra. El que hace producir el heno para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre; sacando el pan de la tierra. Y el vino que alegra el corazón del hombre; haciendo relumbrar el rostro con el aceite, y el pan que sustenta el corazón del hombre. Se sacian los árboles del SEÑOR, los cedros del Líbano que él plantó. Para que allí aniden las aves; en las hayas tiene su casa la cigüeña. Los montes altos para las cabras monteses; las peñas, madrigueras para los conejos. Hizo la luna para los tiempos; el sol conoció su occidente. Pones las tinieblas, y es la noche; en ella corren todas las bestias del monte. Los leoncillos braman a la presa, y para buscar de Dios su comida. Sale el sol, se recogen, y se echan en sus cuevas. Sale el hombre a su hacienda, y a su labranza hasta la tarde. ¡Cuán innumerables son tus obras, oh SEÑOR! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tu posesión. Asimismo este gran mar y ancho de términos; allí hay peces sin número, animales pequeños y grandes. Allí andan navíos; allí este leviatán que hiciste para que jugara en él. Todos ellos esperan a ti, para que les des su comida a su tiempo. Les das, recogen; abres tu mano, se sacian de bien. Escondes tu rostro, se turban; les quitas el espíritu, dejan de ser, y se tornan en su polvo. Envías tu espíritu, se crean; y renuevas la faz de la tierra. Sea la gloria al SEÑOR para siempre; alégrese SEÑOR en sus obras; el cual mira a la tierra, y ella tiembla; toca en los montes, y humean. Al SEÑOR cantaré en mi vida; a mi Dios diré salmos mientras viviere. Me será suave hablar de él; yo me alegraré en el SEÑOR. Sean consumidos de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser. Bendice, alma mía, al SEÑOR. Alelu-JAH (Alabemos al SEÑOR).
Aleluya, Aleluya, Aleluya. Gloria a ti, oh Dios. (tres veces)
Salmo 140
SEÑOR, a ti he llamado; apresúrate a mí; escucha mi voz, cuando te llamare. Sea enderezada mi oración delante de ti como incienso, el don de mis manos como el sacrificio de la tarde. Pon, oh SEÑOR, guarda a mi boca; guarda la puerta de mis labios. No inclines mi corazón a cosa mala, a hacer obras con impiedad con los varones que obran iniquidad; y no coma yo de sus deleites. Que me hiera el justo con misericordia, y que me reprenda; y halago de príncipe inicuo no unte mi cabeza; porque aun mi oración será contra sus males. Serán derribados de lugares fuertes sus jueces, y oirán mis palabras, que son suaves. Como quien hiende y rompe leños en tierra, son esparcidos nuestros huesos a la boca del Seol. Por tanto a ti, oh DIOS el Señor, miran mis ojos; en ti he confiado, no desampares mi alma. Guárdame de las manos del lazo que me han tendido, y de los lazos de los que obran iniquidad. Caigan los impíos a una en sus redes, mientras yo pasaré adelante para siempre.
Salmo 141
Con mi voz clamaré al SEÑOR, con mi voz pediré misericordia al SEÑOR. Delante de él derramaré mi querella; delante de él denunciaré mi angustia. Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo. Miraba a la mano derecha, y observaba; mas no había quién me conociera; no tuve refugio, no había quién volviera por mi vida. Clamé a ti, oh SEÑOR, Dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha mi clamor, que estoy muy afligido; líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo. Saca mi alma de la cárcel para que alabe tu Nombre; conmigo harán fiesta los justos, cuando me hubieras destetado.
Salmo 129
De lo profundo te llamo, oh SEÑOR. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi oración. SEÑOR, si retuvieres a las iniquidades, ¿Señor quién persistirá? Por lo cual hay perdón cerca de ti, para que seas temido. Esperé yo al SEÑOR, esperó mi alma; a su palabra he esperado. Mi alma esperó al SEÑOR más que los centinelas esperan a la mañana, más que los centinelas a la mañana. Espere Israel al SEÑOR; porque con el SEÑOR hay misericordia; y abundante redención cerca de él. Y él rescatará a Israel de todas sus iniquidades.
Salmo 116
Alabad al SEÑOR todos los gentiles; alabadle todos los pueblos. Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia; y la verdad del SEÑOR es para siempre. Alelu-JAH.
Gloria al Padre ☦️ y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Radiante luz de la santa gloria del Padre inmortal, celestial, Santo, bendito, Jesus Cristo. Viniendo a la puesta de sol y viendo la luz atardecer, te cantamos Padre, Hijo y Espíritu Santo, Dios; digno es que a todo tiempo seas glorificado por voces justas, Hijo de Dios, dador de vida, por lo cual el mundo entero te glorifica.
Concede, Señor guardarnos esta noche sin pecado. Bendito seas, Señor Dios de nuestros padres, y alabado y glorificado sea tu nombre para siempre. Amén.
Que tu misericordia sea sobre nosotros, Señor, como hemos puesto nuestra esperanza en ti. Bendito seas, Señor, enséñame tus estatutos; Bendito seas, Maestro, hazme entender tus estatutos; Bendito seas, Santo, alúmbrame con tus estatutos.
Tu misericordia, Señor, es para siempre, no desprecies las obras de tus manos. Te pertenece la alabanza, te pertenece un himno, te pertenece la gloria a ti Padre, Hijo, y Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Ahora, Señor, despide en paz a tu siervo, según tu palabra. Porque mis ojos han visto tu salvación, la cual tenías destinada ante la faz de todos los pueblos, Luz que ilumine a las naciones y la gloria de tu pueblo Israel.
Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre. (tres veces)
Más honorable que los Querubines, e incomparablemente más gloriosa que los Serafines, tú que sin mancha has engendrado a Dios el Verbo, verdadera Teotókos, te magnificamos.
Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén